domingo, 11 de abril de 2010

Aclarémonos, ¿pederastia o pedofilia?: no es lo mismo

José Martínez de Velasco


Resulta lamentable la falta de rigor, intencionado o no, al hablar de pederastia o pedofilia. Acudir al diccionario de vez en cuando evitaría pegarle patadas y facilitaría una mejor descripción de los hechos que se están denunciando o condenando. La pederastia -en España y en otros muchos países- es un delito, la pedofilia no.

El escándalo que está cayendo sobre la Iglesia católica en los últimos meses por el encumbrimiento de pederastas , y en el que se intenta a la vez involucrar y cuestionar las actuaciones de Benedicto XVI, está poniendo de manifiesto, entre otras cuestiones que no son motivo de comentario en este artículo, la falta de rigor con la que periodistas, comentaristas, críticos, obispos y defensores de la Iglesia católica, abordan la lacra del abuso de menores y, consciente o inconscientente, minimizan la cuestión.

La mayoría de los que han salido en defensa del Papa, muchos de ellos prelados y cardenales, confunden pedofilia y pederastia como si ambos términos significasen lo mismo. Es tal el abuso de la expresión “pedofilia” en las ultimas semanas para hablar de pederastia, que a mi me lleva a pensar que ese “error” es intencionado y que intenta subliminalmente minimizar el problema.

El Diccionario de la Real Academia Española define así el significado de estos términos:

Pedofilia=paidofilia. (Del gr. παῖς, παιδός, niño, y -filia).

1. f. Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes.

Pederastia. (Del gr. παιδεραστία).

1. f. Abuso sexual cometido con niños.

2. f. sodomía.

Sodomía. ((De Sodoma, antigua ciudad de Palestina, donde se practicaba todo género de actos deshonestos).

1. f. Práctica del coito anal.

Lo que se está comentando y denunciando en los últimos meses son claramente los abusos sexuales contra menores, y no, como parece querer indicarse con el abuso de la palabra pedofilia la atracción que experimenta un adulto hacia un menor o hacia un adolescente. La simple atracción no conlleva implícita ningún acto de violencia si no va a mas, es algo interno del sujeto que experimenta esa atracción. Pero ni es un delito ni conlleva necesariamente, insisto, ningún tipo de abuso hacia el menor.

Llamemos a las cosas por su nombre y no nos deleitemos excesivamente en la palabra pedofilia o efebofilia (palabra que no existe en nuestro diccionario) como tanto les gusta utilizar a algunos de nuestros insignes prelados. Pederastia y pedofilia no son sinónimos ni describen una misma situación, aunque la atracción pedófila pueda degenerar en la perversión del pederasta.